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Informe Construya N° 104 - Octubre 2011 - 2ª Quincena

 
La incógnita es la evolución de las economías internacionales y su impacto en la Argentina
 
 

El analista político Sergio Berensztein, director de Poliarquía señaló “el clima preelectoral estaba  impregnado por el  poco interés de la gente En cambio, muchos están pensando qué es lo que va a pasar después. El clima es muy peculiar frente a la certeza de la continuidad de la Presidenta en el Gobierno', explicó.


Inclusive, añadió, “ni los problemas de inseguridad (la principal preocupación de los argentinos desde hace siete años), ni el impacto local de la crisis económica internacional, la fuga de capitales, la compra de dólares ni otros  problemas esenciales, parecen alterar esta particular coyuntura”.    


Comentó la encuesta de Poliarquía que  mostró que “casi un tercio de los argentinos considera que debe ser prioridad del próximo gobierno mejorar la seguridad, pero, en el último semestre la percepción de que se trataba del principal problema del país se redujo levemente. En cambio, predominan las expectativas económicas positivas y el optimismo sobre el corto plazo”.


Berensztein sentenció “la historia siempre continúa, más allá del resultado de unas elecciones (recordar que esta charla se realizó faltando cinco días para las elecciones). Es muy probable que las páginas más interesantes de la historia del kirchnerismo aún estén por ser escritas


Finalmente, el futuro económico del país depende de tres aspectos críticos: el precio de los comodities, el crecimiento de Brasil y la devaluación que pueda establecer en su economía. En ese sentido, una caída en el precio de los comodities resentiría la actividad en el sector y a su vez, la aceleración en la fuga de capitales no será beneficiosa en el corto plazo. “Aunque, a la larga, según Berensztein, parte de ese dinero se volcará a la construcción como refugio de valor”.


Frente a una posible devaluación del peso, ya sea para acompañar la cotización del real como para manejar el nivel del gasto público, Berensztein se producirían dos situaciones: “bajarían los costos domésticos para los inversores aunque se resentiría la capacidad de ahorro”, finalizó el analista.