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Informe Construya N° 112 - Junio 2012
 
Nota Técnica
 

Optimizar el uso de la energía con un buen impermeabilizante

 

La temperatura interna de una vivienda debe oscilar entre los 18°C y los 20°C. Además, para ser habitable, la humedad relativa de ambiente debe variar entre los 40 y los 60°C, y también es adecuado que haya renovación constante de aire puro.

 
Impermeabilización de techos y muros
 

De acuerdo a los recursos locales y a las condiciones climáticas, existen diferentes soluciones para impermeabilizar los techos y los muros. Ellos se encuentran constantemente expuestos a los ataques de los agentes atmosféricos, así que vale destacar que la cobertura hacia el cielo, hacia el vacío, exige una atención especial.

La aislación térmica se obtiene con materiales de poco peso y estructura celular. El factor aislante es el aire cuando se encuentra en celdas minúsculas, ya que es 25 veces menos conductor de temperatura que el agua. Por eso, un muro que tiene sólo un 7% de humedad, respecto de aquel que se encuentra totalmente seco, pierde el 90% de su aislación térmica. Para evitar este proceso, en que el agua ocupa esos espacios del techo o los muros en donde debe haber aire, es importante impermeabilizar correctamente.

De esta forma la vivienda se encontrará en condiciones ideales, y se evitarán gastos adicionales e innecesarios de reparaciones de los revestimientos interiores afectados por el ingreso de humedad.

 
 

Impermeabilizar bien reduce el deterioro y el envejecimiento de muros y techos

La humedad va quitando propiedades a los materiales, deteriorándolos por acción física y química. Además, el agua contenida en el interior de las estructuras se transforma en vapor con el calor y se expande. Esta presión, si no encuentra conductos directos por donde salir, termina resquebrajando los materiales y produciendo mayores grietas y fisuras.

 
Impermeabilizar bien ayuda a preservar la buena salud de los habitantes de la vivienda
La humedad facilita la aparición de hongos, algas y bacterias en muros y techos. Estos microorganismos atentan contra la integridad de los materiales de la construcción de diversas formas. Además, la convivencia diaria con ellos puede ocasionar serios inconvenientes en la salud de los moradores.
 
Características de un buen impermeabilizante
 
1. Flexibilidad
Los muros y los techos se expanden y se contraen continuamente por el efecto de la dilatación de sus materiales, ocasionados por los cambios climáticos y las diferencias térmicas. Por consiguiente, hace falta un material que acompañe en forma elástica este movimiento, evitando su quiebre y posterior pérdida de la función impermeabilizante.
 
 
2. Porosidad
El impermeabilizante debe cumplir con dos funciones: repeler el agua que quiera ingresar del exterior y permitir la respiración de la pared, para que pueda eliminar la humedad contenida en ella.
 
 
3. Buena terminación y fácil aplicación
Para evitar incurrir en costos adicionales, los impermeabilizantes deben proveer una excelente terminación, cumpliendo la doble función de impermeabilizar y decorar a la vez. También, deben ser de fácil aplicación, característica fundamental en un mundo donde cada vez se busca más economizar el tiempo y reducir los costos.
 
 
4. Alta durabilidad
Fallas ocasionadas en los revoques por una aplicación imperfecta y por la aparición de grietas y fisuras, permitirán el ingreso de agua y humedad, haciendo más corta la vida útil de los materiales. Un buen impermeabilizante, una vez que fue aplicado, tiene una vida útil mínima de 5 años, y logra que las paredes tengan una mayor durabilidad.
 
 

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