Noticias Informe Construya N° 178 - Diciembre 2017 Entrevista – Charly Karamanian – Creador de La Casa G “Queríamos aportar nuestro granito de arena y demostrar que actualmente en la Argentina, no sólo es posible sino que resulta conveniente construir utilizando técnicas y tecnologías sustentables” Charly Karamanian, creador de La Casa G, habló sobre cómo se le ocurrió este proyecto donde la sustentabilidad es la protagonista. Además, detalló y explicó la tecnología que se utilizó para crearla, entre otras cosas. Karamanian contó cómo creció el interés por la arquitectura sustentable: “Cuando comenzamos con nuestro emprendimiento ya se construían los primeros edificios con certificación LEED, pero prácticamente no se hablaba de viviendas sustentables. El 'precio' de la energía era muy bajo y al cliente o propietario no le preocupaba demasiado la eficiencia energética de su futuro hogar. El costo de la construcción de por si es caro y por lo general el profesional de la construcción prefiere no innovar; si el cliente no lo pide, el profesional no lo ofrece. Los edificios certificados han generado una demanda de nuevos sistemas constructivos de mayor eficiencia energética, sistemas de ahorro y recupero de agua y materiales más sustentables. Producidos bajo normas ISO 14001 de gestión ambiental responsable; aquellos que incorporan materiales reciclados dentro de sus componente, maderas con certificación FSC (provenientes de bosques de cultivo), pinturas al agua y pegamentos sin componentes orgánicos volátiles, entre otros. En los últimos años el cliente comenzó a informarse, a requerir otro tipo de propuestas y surgieron estudios de arquitectura que hicieron eco de esa necesidad, ofreciendo alternativas de construcción más 'eco-lógicas'”. Tomando el caso particular de La Casa G, a partir del lanzamiento publicaron una gran variedad de artículos promoviendo el uso racional de los recursos y los hábitos sustentables en el hogar. Karamanian ha brindado gran cantidad de charlas, conferencias y entrevistas en diversos ámbitos y medios. “Fuimos parte de la primera charla sobre construcciones sustentables en La Cámara Argentina de la Construcción e inclusive he sido orador en la charla TEDx Bahía Blanca 'De la cueva a la casa sustentable'. Nos contactó muchísima gente, tanto personas con ganas de construir su casa de manera más sustentable como arquitectos que querían ampliar sus conocimientos y visitar la casa. Inicialmente ofrecimos un curso presencial de cuatro horas pero luego de un año lanzamos el curso online la casa sustentable, incluyendo conceptos básicos sobre diseño bioclimático y construcciones ecológicas, materiales y aislaciones térmicas, cuidado del agua, piscinas eco-lógicas, conservación de la energía, hábitos en el hogar, consumo responsable y un módulo final con acceso a videos y documentales mostrando la casa por dentro. El curso es uno de los más populares de habla hispana y cuenta con el apoyo de Dow Argentina, Saiar, Sipanel, Agua Segura y más de 50 empresas que se destacan por la sustentabilidad y calidad de sus productos y servicios. Para conocer más sobre el mismo pueden ingresar en la web cursos.lacasag.com”, precisó. El proyecto La Casa G, donde Karamanian vive actualmente con su familia, fue un proceso gradual, no fue de un día para el otro. Hasta hace pocos años vivían en un departamento en una de las zonas más concurridas de la ciudad de Buenos Aires. “Cuando uno vive en una gran ciudad recibe servicios como gas, agua, luz y se abastece en el supermercado. Por otro lado genera basura y desechos de manera indiscriminada. Mucha gente no sabe cómo se generan esos recursos o a donde van a parar sus residuos. Nosotros tuvimos la posibilidad de ver la otra cara de la moneda y decidimos ser parte del cambio”, señaló. La Casa G es un emprendimiento privado sin fines de lucro, cuyo objetivo es fomentar el uso racional de los materiales, las buenas prácticas ambientales, el ahorro de energía y la promoción de la sustentabilidad. La letra G deriva de las iniciales de las palabras Green, Gaia y Galileo. “Son tres referencias para mí en cuanto al contacto con el medio ambiente, el vínculo con la tierra y el respeto por el planeta. Gaia es el nombre que daban los antiguos griegos a la diosa de la Tierra, y con el cual, más recientemente, el científico James Lovelock bautizó su hipótesis en la que considera al planeta como un ser vivo, es decir, como un gran sistema interconectado compuesto por océanos, bosques, atmósfera, animales y vegetales”, indicó. Karamanian contó que con este proyecto lo que quisieron fue “aportar nuestro granito de arena y demostrar que actualmente en Argentina, no sólo es posible sino que resulta conveniente construir utilizando técnicas y tecnologías sustentables. Entonces decidimos construir nuestra propia casa sustentable y que sirviera como ejemplo concreto”. Y señaló: “Nosotros hace algún tiempo llevábamos un estilo de vida más respetuoso con el medio ambiente y quisimos construir una casa que acompañara nuestra rutina y simplificara aún más las tareas diarias. La Casa G cuenta con tecnologías que no solo son amigables con el medio ambiente, sino que tienen prestaciones superiores a las tecnologías estándar y a su vez en el mediano y largo plazo resultan inclusive más económicas ya que nos permiten ahorrar energía. Por ejemplo, algunas de las ventajas que ya estamos disfrutando son la calidad del agua que utilizamos, gracias a los sistemas especiales de filtrado y la grifería de precisión, agua caliente prácticamente ilimitada utilizando energía solar, gran confort térmico gracias al sistema de climatización con regulación independiente en cada ambiente y muy bajo consumo, una piscina limpia todo el año sin esfuerzo y con un mínimo uso de químicos y energía, cocción más eficiente y sana utilizando anafes a inducción y horno convector eléctrico, domótica, robótica, etc”. “Nuestros hogares son responsables de más del 50% de las emisiones de CO2 y del consumo de energías primarias del planeta; son responsables directos del efecto invernadero y el cambio climático; de la pérdida de biodiversidad, la contaminación de ríos, mares y suelos. Paradójicamente construimos nuestros hogares para protegernos del clima y con ello estamos contribuyendo al cambio climático, poniendo en riesgo nuestra supervivencia y la de futuras generaciones. Para cumplir con nuestro propósito convocamos a más de 50 empresas que nos apoyaron aportando productos y servicios que se destacan por su calidad y sustentabilidad. Creamos un plan de negocios que incluía un plan de difusión con una duración de dos años. En mismo nos insumió bastante más tiempo del previsto pero cumplimos y superamos ampliamente el objetivo planteado, llegamos a una audiencia de más de 50 millones de personas y recibimos varios premios y reconocimientos al liderazgo sostenible, tanto locales como internacionales, entre ellos fuimos ganadores de los Premios Latinoamérica Verde 2015”, destacó. Yendo a las cuestiones más técnicas el creador de este proyecto explicó: “La implantación en el terreno y la orientación de las plantas fueron realizadas adoptando estrategias de climatización pasiva, aprovechando los beneficios de la luz solar y las ventilaciones cruzadas. El primer bosquejo de la casa fue realizado a mano alzada y se continuó con el diseño utilizando herramientas CAD. La maqueta virtual resultante fue analizada según la posición del sol en los distintos horarios y estaciones del año. De esta manera se optimizó el ingreso de luz solar en invierno y minimizó el ingreso del calor en el verano. A tal efecto, la casa cuenta con 80 m2 de galerías sobre el lado noroeste que además reciben la contención de la propia estructura de la casa, que rodea y protege de los vientos fríos del sur, generando un microclima y la posibilidad de disfrutar de las galerías y la piscina durante todo el año. Por otro lado, la ubicación de la piscina permite que el aire caliente proveniente del norte descienda su temperatura al pasar sobre el espejo de agua. El centro de la galería cuenta con un árbol y una abertura superior que en verano promueve la circulación y salida del aire caliente atrapado debajo de la superficie vidriada. Las ventanas con orientación norte son de tamaños generosos mientras que las orientadas hacia el sur son más pequeñas. El living cuenta con una sección central de doble altura, con un ventanal superiores de apertura regulable que aprovechado el efecto chimenea, permite mantener el living fresco en verano y aporta iluminación natural. Se colocaron árboles, arbustos y plantas ornamentales seleccionando aquellas especies autóctonas de menor requerimiento hídrico. La ubicación y distribución de la vegetación fue seleccionada con el objetivo de maximizar los beneficios de la sombra natural”.Como anécdota de cuando vivían en el departamento Karamanian confesó: “Si mis hijos demoraban más de 5 minutos bañándose, les cerraba la ducha, “estén como estén”. Hoy los dejo bañarse tranquilos, ya que el agua con la que se bañan se calienta mediante la energía del sol y después se reutiliza en mochilas de inodoros o para regar el jardín”. Karamanian opinó acerca de cómo influye la tecnología: “Sin duda el avance de la tecnología afecta a toda actividad humana. Aún antes de la era electrónica, el fuego, la rueda, el vapor y el acero fueron innovaciones clave que dieron lugar a grandes avances tecnológicos. Tengamos en cuenta que innovación no siempre es sinónimo de modernidad; en el caso de la arquitectura y desde el punto de vista de la sustentabilidad del hábitat, la principal innovación se relaciona con el diseño bioclimático y esto no es precisamente algo nuevo. Nuestros antepasados construían sus hogares adoptando estrategias de climatización pasiva, aprovechando los beneficios de la luz solar y las ventilaciones cruzadas”. En relación a la arquitectura sustentable el creador de La Casa G afirmó: “Si hablamos de arquitectura sustentable es porque gran parte de la arquitectura contemporánea no lo es. Con la industrialización de las viviendas y el surgimiento de los sistemas de climatización, muchas de las técnicas y conocimientos ancestrales fueron dejados de lado y se priorizo la estética antes que la eficiencia. Hoy el costo de la energía y la mayor información sobre las consecuencias de la actividad del hombre sobre en el ambiente nos obliga a replantearnos la manera de construir nuestros hogares. En el futuro próximo, no quedará duda cual es la única manera de hacer las cosas, por lo que volveremos a hablar de arquitectura a secas”.Y agregó: “En cuanto a urbanismo se refiere, es interesante entender a las ciudades como organismos vivos, donde los barrios o comunidades conforman órganos con ciertas características particulares y los edificios serían el equivalente de las células: necesitan agua, oxigeno, nutrientes y generan desechos. Una mayor densidad de población podrá mejorar la sustentabilidad de una ciudad siempre y cuando se cuente con infraestructura y servicios adecuados. En una ciudad compacta se acortan las distancias, minimizando la huella de carbono propias del transporte de personas y mercancías. Además se puede lograr una mayor eficiencia en el uso y reciclado de recursos como agua, energía y residuos; por ejemplo mediante el uso de sistemas de climatización comunitarios e inclusive priorizando las aislaciones térmicas en las envolventes de edificios, reduciendo costos y materiales. Volviendo a la visión biomimética, en la naturaleza cada célula produce su propia energía. En las ciudades la energía se genera a cientos de kilómetros del lugar de consumo, con inversiones millonarias en infraestructura y mantenimiento de tendidos eléctricos y perdidas de energía por transporte del orden del 30%. Con respeto a esto tenemos una gran noticia, el 30 de noviembre se aprobó en el Senado de la Nación la ley de generación distribuida. Muy pronto el consumidor podrá convertirse en generador (prosumidor) e inyectar energía a la red, contribuyendo a la creación de redes de energía descentralizadas más resilientes”. Para Karamanian el espacio ideal tiene que ser, ante todo, confortable: “El confort depende de las condiciones higrotérmicas, calidad del aire interno y acceso de la luz natural. También tiene que ver con el tamaño; ni muy chico ni muy grande sino el espacio necesario para desarrollar las actividades diarias. Esto último dependerá de la edad y conformación familiar pero también en gran medida de los hábitos y costumbres de las personas. Nuevamente el hogar no es un lugar aislado y el espacio ideal se relaciona nuevamente con el urbanismo, particularmente con las áreas de recreación, espacios verdes y propuesta de servicios dentro del barrio y la ciudad. Es por eso que el 'micro housing' solo debe ser admitido en áreas con gran oferta de espacios publico y servicios que compensen la falta de espacio propio de la vivienda o en dentro de emprendimientos de 'co-housing' en donde los servicios forman parte del complejo habitacional”. Y recalca con respecto a la utilización de diferentes materiales: “Lo importante es utilizar materiales de bajo impacto ambiental, es decir aquellos cuya extracción, producción, transporte, uso y disposición final consuma y afecte a la menor cantidad de recursos posibles. La manera de asegurarnos que los materiales cumplen con estos criterios es mediante certificaciones como ISO 14.001, FSC, etc”.Para finalizar remarcó: “Al momento de iniciar un proyecto, tanto propietarios como profesionales intervinientes deberían tener en cuenta que la construcción y el funcionamiento de una vivienda genera un compromiso social y con el medio ambiente de no menos de 100 años. Si incorporamos los fundamentos del diseño bioclimático y elegimos materiales y tecnologías constructivas con criterio sustentable, lograremos minimizar el impacto en el medio ambiente, ganar en confort y reducir el costo de operación de las viviendas”.